Vamos a aceptar algo antes de empezar: en el mundo del trabajo creativo, no hay diseño, producto o proyecto que le guste a absolutamente todo el mundo. No importa cuánto tiempo hayas invertido, los conocimientos que hayas aplicado o el talento que tengas; siempre habrá alguien que diga: “No me convence”. Esto puede ser frustrante y hacernos creer que nuestro trabajo no sirve, pero necesitamos entender que la subjetividad no es la villana de esta historia.
De hecho, la subjetividad es uno de los factores que hacen que el diseño y la creatividad sean emocionantes e inesperados, aunque también nos saque de quicio a veces. Por eso, vamos a hablar de cómo abrazar esta realidad antes de que tu autoestima creativa se hunda.
🌀 ¿Reto u oportunidad?
Cuando diseñas, inevitablemente vuelcas una parte de ti mismo en el proyecto. El estilo, los colores, las tipografías… todo habla en cierta manera de ti como diseñador. Sin embargo, entra en juego un factor incontrolable: el contexto. Lo que para ti es un diseño limpio y minimalista puede parecerle al consumidor vacío o hecho sin mucho esfuerzo.
Como diseñadores, debemos aceptar que la subjetividad no es algo que podamos controlar (así que deja de intentarlo si no quieres desquiciarte). Pretender que tu trabajo guste a todo el mundo es como querer que todos tengan el mismo gusto musical. No va a suceder.
Lo que sí puedes controlar es cómo enfrentas la subjetividad. Puedes frustrarte y abandonar tus ideas, o puedes verla como una oportunidad para mostrar tu trabajo, defender tu criterio y aprender.
😅 Acepta el rechazo (viene en el paquete creativo)
No todo el mundo va a entenderte, y eso está bien. Intentar gustar a todos te llevará directamente a lo genérico, y lo que buscamos como creativos es justo lo contrario: innovar, ser originales y dejar huella.
¿Has visto alguna vez los comentarios sobre los rediseños de marcas famosas? Aunque tú, como profesional, aprecies la técnica y los detalles, siempre habrá quien diga: “El logo anterior era mejor”. Y no pasa nada. El diseño perfecto para todos no existe, ni debería.
Aprender a aceptar las críticas y valorar de dónde vienen es fundamental. Algunas podrán ayudarte a mejorar; otras, simplemente, serán cuestión de gustos personales.
🔑 Cómo gestionar la subjetividad sin perder la cabeza
Te estarás preguntando: “¿Cómo manejo todo esto sin perder los nervios?”. No hay una respuesta universal, pero aquí van algunos consejos prácticos:
Diseña con un propósito.
Tener claro tu objetivo es clave. Diseña para resolver un problema o cumplir una función específica. Si logras esto, tu trabajo será un éxito, independientemente de si gusta a todos o no.
Aprende a filtrar el feedback.
Las opiniones serán variadas y, a menudo, contradictorias. Lo que para unos es “demasiado colorido” para otros será “demasiado apagado”. Decide qué críticas realmente aportan valor y cuáles son meras preferencias personales.
Abraza lo que te hace único.
No tengas miedo de que tus ideas sean “raras” o demasiado personales. Esa autenticidad es lo que te diferencia. Piensa en los grandes creativos: si hubieran tenido miedo a las críticas, muchas de las obras que hoy admiramos no existirían.
🎨 Diseña y deja que hablen
Si algo queda claro después de reflexionar sobre la subjetividad, es que no es un problema, sino lo que hace que cada proyecto sea único. Siempre habrá miedo al fracaso o a los comentarios, pero nada se compara con la satisfacción de saber que tu trabajo cumplió su objetivo.
Así que deja de buscar la aprobación de todos. Diseña para resolver problemas, para contar historias y para conectar con quienes necesitan lo que ofreces. Las opiniones siempre estarán ahí, pero tú siempre tendrás algo nuevo que crear.
Y tú, ¿has vivido el rechazo de un proyecto que amabas? ¿Cómo lo manejaste? ¡Espero que después de leer esto tengas herramientas para enfrentarlo mejor! 😊
Comentários